lunes, 3 de diciembre de 2012

Delivery variado

Lo principal a veces es ponerse de acuerdo en qué comer cuando se junta demasiada gente, porque después empiezan las dudas sobre qué pedir y cada uno quiere otra cosa. Entonces conviene tener a mano varios imanes pegados en la heladera para pedir delivery. Así, cada cual elige lo que quiere comer y así la cosa es más democrática, termina más rápido. Si no, uno se tiene que adaptar a lo que quiere la mayoría y no da comer pescado si todos deciden pedir filet de merluza y a uno no le gusta. O peor, si uno es vegetariano y se pide asado, quedarse sin comer. Eso definitivamente no puede pasar. Lo más indignante es cuando hay alguien que quiere moderar y el asunto debe ser para todos. Esos que no quieren pedir demás por si sobra y prefieren pedir de menos porque saben que son los que nunca se van a quedar con hambre. Dividir, en ese caso hay que dividir en partes iguales lo que se paga para evitar que los molestos se adueñen de la comida y del poder de decisión. Hay que quitarles la potestad de elegir la comida de todos. Eso es lo más pertinente para después no quedarse con hambre. Porque el hambre trae mal humor y nadie quiere perder un amigo por una empanada, al fin y al cabo. Eso no tiene ningún sentido, hay mejores formas de perder un amigo, pero nunca por comida o por una mujer. Es cuestión de códigos y hay que mantenerlos. Son los mandamientos de la amistad, si se respetan dura para toda la vida. De otra manera, la amistad se pierde. Sobre todo con la comida. Lo de las mujeres vaya y pase. Pero con la comida no! Si al final, los únicos que quedan son los verdaderos amigos.